3. El vacío

Tao Te Ching

No ensalzar los talentos
para que el pueblo no compita.
No estimar lo que es difícil de adquirir
para que el pueblo no se haga ladrón.
No mostrar lo codiciable
para que su corazón no se ofusque.
El sabio gobierna de modo que
vacía el corazón,
llena el vientre,
debilita la ambición,
y fortalece los huesos.
Así evita que el pueblo
tenga saber ni deseos,
para que los más astutos
no busquen su triunfo.
Quién practica el no-obrar
todo lo gobierna.

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