En la parte superior está el trigrama Ken (Montaña), debajo está el trigrama Li (Fuego). La imagen metafórica de este hexagrama es el sol que acaba de salir en el amanecer o se está poniendo en el crepúsculo, o una fogata al pie de una montaña, iluminando y enfatizando su belleza. Tal belleza natural puede traer inmensos beneficios e inspiración, aunque no debemos percibir solo el lado externo — es importante recordar también la belleza interna.
La verdadera belleza está en el interior, como lo indica la interacción de los trigramas – Fuego debajo de la Montaña. Las decoraciones externas, tanto literal como metafóricamente, no deben recibir más atención que la belleza interna. Recuerda, una persona que posee elegancia y carisma internos lucirá natural y relajada incluso con ropa sencilla, mientras que el vacío interno no puede ser ocultado por ningún medio externo.
En China, se dice: ‘Si la naturaleza prevalece sobre la cultura – una persona es salvaje. Si la cultura prevalece sobre la naturaleza – una persona es débil’. Este hexagrama señala la importancia de una combinación armoniosa de forma y contenido, sustancia externa e interna. Uno debe ser adecuado a la situación y al entorno actual tanto interna como externamente.
Como dijeron los antiguos sabios: ‘El camino de un hombre es manifiesto y fácilmente visto. Con algo de talento e inteligencia, una persona es capaz de comprenderlo. En cuanto al Camino del Cielo, se necesita un verdadero mentor para transmitir la tradición oralmente y pasarla de corazón a corazón’. Ser igual a uno mismo no solo internamente, sino también externamente — eso es de lo que habla este hexagrama. La elección a favor de la forma o el contenido, que a menudo tenemos que hacer, debería ser reemplazada por la búsqueda de la armonía de ambos. La forma no es menos importante que el contenido, y la belleza es uno de los principales valores en la vida de una persona.